sábado, 4 de julio de 2009

Hijo querido,
No quiero caer de nuestro árbol de capulí, lo veo hermoso, grande, fuerte, brindándonos generoso lo mas dulce y delicioso de sí, que junto a nuestros recuerdos de épocas de candor, felicidad y amor, es el alimento que en días como hoy necesito para no dejarme caer. Nuestro árbol de capulí no cayó cuando vendimos la casa, escogió vivir en nuestro corazón. Tiene un retoño que habita en la Flacso que seguro endulza recuerdos, memorias de personas muy serias, sabias, preparadas, ocupadas, que a lo mejor piensen y esto? broma?, Chiste?, ilusión?, que mismo?, yo creo que el capulí, es lo que es y si bien no está en un huerto, nadie puede negar que en compensación está rodeado de mucho conocimiento, sabiduría, y que él muy bella y naturalmente, demostrará siempre lo que que es: un capulí inteligente que aprovecha todo lo que tiene alrededor para crecer, ser mas capulí, creo que cuando florece nos dice que está feliz con lo que es, donde le ha tocado vivir y aceptarse capulí, y cuando nos comparta sus frutos, nos estará diciendo gracias por el agua, el tiempo, los pensamientos, las miradas, por no hacerme sentir fuera de lugar, yo también les quiero.
No sabes cuanto te quiero mi davicho capulí , besos y bendiciones mamá

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